"Lo cotidiano se levante hasta el plano de la belleza."


6.18.2013

Parcela muy medida y muy contada


“Te voy llevando a lugar
 donde al mirarte a la cara
no te digan como nombre
 lo de “indio de pata rajada”
sino que te den parcela
 muy medida y muy contada”
Gabriela Mistral
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Tuvimos nuestra primera reunión comunitaria para ver entre todos el destino de la biblioteca y de la casa. La convocatoria fue difícil porque sumado al aislamiento natural y la escasez de medios de transporte, extrañas coincidencias se confabularon en contra de la difusión; el teléfono de la radio comunal siempre estuvo ocupado y se programaron entregas de notas para los padres de la escuela de Montegrande en dos aldeas distantes a la misma hora que la reunión. Pero el pueblo nunca fue leso; llegaron los precisos, representantes de grupos y organizaciones sociales del Valle. Un variopinto conjunto de personas se apiñó en nuestro taller-auditorio y no fue tímido. Es un desafío hermoso trabajar en una comunidad tan diversa. Yo siempre digo que en el valle vive pura gente especial, muchos renunciantes al sistema, lindos y soñadores que se mezclan entre los locales, un pueblo de montaña, habituado a la dureza, estoico e impenetrable, aferrado a una dignidad que reluce ancestral a pesar de los pisotones.

La integración y desarrollo respetuoso de estas diversidades es uno de los objetivos de MonteGabriela. No siempre es fácil. Una historia de despojo, en la que los locales han tenido que observar impotentes cómo los “afuerinos” se adueñan de todo, mientras ellos son escondidos en la población -la “Villa MonteGabriela”- detrás del cerro y al lado del cementerio. Por su parte, los afuerinos también son discriminados, su único valor reside en el poder monetario que traigan, generalmente vinculados al desarrollo turístico que prolifera en el valle. Pero la biblioteca está abierta para locales y afuerinos. Más aún, está abierta para viajeros y turistas. Nuestro desafío es ser ese espacio público y necesario que no distingue sino para potenciar.

Nos pusimos de acuerdo en cuanto a las razones que le dan sentido a tener y conservar una biblioteca en Montegrande. La primera razón  es que la biblioteca garantiza el acceso libre y gratuito a la información. La desinformación es un eslabón más de la cadena que ata a la comunidad a la vulnerabilidad y la dependencia. Por otro lado, la biblioteca hizo y hace efectivo el legado de la Gabriela para su amado pueblo. Montegrande se merece algo más que tortas y buzos de gimnasia como herencia; al menos un ápice de lo que Gabriela le dio al mundo sería justo.

Desde mi punto de vista, el atropello a los deseos póstumos de los más laureados poetas chilenos es una deuda cultural e intelectual incalculable. El patrimonio de los poetas no tiene que ver con las cosas que dejaron tras de sí, sino con el pensamiento que desarrollaron y con la belleza que rescataron para la humanidad. Hacer de Neruda un bohemio glotón y mujeriego y de Mistral una solterona amargada y divina son arrebatos al pueblo de lo que viene y es del pueblo. Rasgar vestiduras por la mala calidad de la educación también me parece una hipocresía teniendo el tesoro de poetas que tenemos. Poetas que no leemos. Y si los leemos; no los entendemos. Y si los entendemos; los dejamos en el cajón de los iniciados. No los aprovechamos para mejorar la calidad de nuestra educación, no hacemos de ellos materia de uso, quizá por temor a que se manchen, a que nos manchen.

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Mientras escribía esa crónica apurada de lo que ocurrió el día de la reunión, recibí la visita de un carabinero en servicio. Venía a verificar si era cierta la denuncia de que habíamos convocado a una protesta; se fue desilusionado. Después llegó un ruidoso grupo de niños de primero básico que exigieron la lectura de un cuento. Media hora después, desde el almacén del frente, escuché la noticia por la radio; el Seremi de BBNN confirmaba que el inmueble en disputa será entregado a la JUNJI y que en su lugar se proyecta, gracias a una inversión desorbitante, un jardín de metodología mistraliana. Justificó la medida anunciando que en la comuna de Paihuano faltan 100 matrículas para párvulos, lo que unos minutos después fue desmentido por el concejal de educación.  Por la radio se habló de “la ex biblioteca pública”.

El día lunes comienza con la visita ilustre del Seremi, el señor Gonzalo Chacón Larraín. Vino a decirnos personalmente que nos tomáramos nuestro tiempo para el cambio, que no nos preocupáramos de nada. Nos dijo que la carta que nos había enviado anunciándonos el desalojo en cinco días era una cuestión formal. De pasada fue a conocer la biblioteca. Saludó a cada uno de los usuarios que estaban presentes y, como la gran mayoría de los visitantes a la Biblioteca MonteGabriela, quedó sobrecogido. Que no tenía ganas de volver a la Serena, nos dijo, y entonces nosotras aprovechamos de proponerle una reunión con la comunidad de Montegrande para recoger opiniones sobre lo que está pasando con la casa, pues “en tiempos de elecciones es bueno escuchar la voz del pueblo”, le recomendó Soledad. Y el Seremi accedió a tener una reunión con el pueblo para ver cuál será el futuro de la casa, una vez que nosotras estemos fuera.

Cuando se despidió, su rostro había mutado de la profunda convicción hacia la punzante duda. A efectos de no perder la cara, es recomendable que el servidor público conozca de antemano los efectos de sus decisiones. Son las reglas básicas del buen regir.   





Alejandra del Río
Jefa de la Biblioteca MonteGabriela

Montegrande 17 de junio del 2013