La biblioteca MonteGabriela no es una biblioteca cualquiera, ella está en el corazón de la tierra mistraliana, por lo que nosotros nos hemos tomado muy en serio el ser una biblioteca con sello mistraliano. Pensamos que los libros en una sala no nos hacen biblioteca y que para que viva la literatura hay que darle creatividad. Eso significa la expresión mistraliana de "sentir la literatura con un ímpetu casi carnal" : experimentarla por sí mismo. Es decir el lector es ante todo un creador.
En efecto, Gabriela Mistral recurrió a la poesía para salvar al maestro del tedio y la esterilidad en la sala de clases. Ella escribió que para "quebrar la raya demasiado geométrica de la pedagogía estática" habría que echar mano de los únicos recursos que tenemos que son los recursos del espíritu. En Chile tenemos un tesoro de esos recursos:la poesía. Mientras antes tengan el niño y la niña una experiencia con la poesía, mejor. No para hacer de ellos un poeta más, sino para que se beneficien de por vida por ella.
La Educación Poética es una experiencia integral con el mundo de la poesía a temprana edad. Una experiencia que incluye no sólo libros y palabras, sino también cuerpo, materiales y vínculos emocionales. Una experiencia en un tiempo y espacio determinado para ello, en la que los niños son los protagonistas, hacen poesía y encuentran placer en ello.
El niño y la niña vivenciarán las distintas fases del proceso creativo de la escritura, primero necesitarán apoyo pero más adelante serán creadores autónomos. El objetivo de la Educación Poética es despertar al creador interno y entregar impulsos para que se desarrolle. Con la práctica de la poesía el niño y la niña no sólo aprenderán a escribir poemas, inventar historias y apreciar la literatura sino que por añadidura recibirán otras habilidades inherentes a esa práctica (concentración, capacidad de síntesis, desarrollo del pensamiento lateral etc.) así como también una herramienta de expresión siempre accesible. Escribir fortalece el Yo y es de una fidelidad a toda prueba.
Pensamos que lo mejor para disfrutar de la poesía es iniciarse a ella en una práctica dialógica que integre distintos lenguajes artísticos y contenidos desde el desarrollo natural de la creatividad. A su vez, esta práctica debiera estar enmarcada en un contexto grupal protegido y amable que acoja las individualidades. Esta iniciación es un proceso lúdico que se activa en el momento que se plantea la actividad creativa como juego, un juego serio lleno de mística en el que el niño además de jugar a ser poeta aprende otras cosas.
En un Club de Poetas sus miembros gozan de la misma jerarquía (son todo poetas) y se rigen por las mismas reglas y asisten a los mismos rituales. En un club hay tareas a realizar y ellas representan un desafío que cada uno supera a su modo. En un club de poetas se cuenta con un espacio extraordinario que reúne a sus miembros para dar vida a lo que tienen en común; la poesía.
Un Club de Poetas es una instancia en la que sus miembros pueden enfrentarse a su creatividad sin miedo pues serán contenidos. Es para personas que están (re)conociendo su creatividad, dirigido por aquellos que ya la conocen.
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