"Lo cotidiano se levante hasta el plano de la belleza."


5.17.2013

Patrimonio, Cultura y Memoria

Dentro de los objetivos de nuestra biblioteca está el de perfeccionarnos para dar un servicio de calidad a la comunidad. Es la razón por la que estamos realizando el diplomado que ofrece la DIBAM sobre gestión en Biblioteca Públicas.
El diplomado ha sido positivo porque nos ha hecho reflexionar sobre características de nuestra comunidad.
He aquí las preguntas que se hicieron relativas al rescate del patrimonio cultural y la memoria y nuestras reflexiones.




Estamos conscientes de que en relación a este tema tenemos grandes desafíos por delante, pero vale este primer impulso


¿Qué experiencia/s relativa/s a la recuperación de la memoria han realizado en su Biblioteca?


Si bien en nuestra biblioteca nunca se ha podido realizar el programa de memorias del siglo XX, debido principalmente a que la comunidad de tercera edad es muy tímida y esquiva para entregar sus tesoros del pasado, desde el inicio mismo de esta biblioteca se ha estimulado el rescate del pasado del pueblo de Montegrande, apenas una aldea, que se hace famoso en el mundo entero por la poetisa Gabriela Mistral, quien nació allí y a cuyos niños ella nombró sus herederos. Para nosotros el hecho de que la biblioteca esté situada en el edificio que albergaba a la elquina ilustre cuando visitaba el país es un gran honor, y sentimos que nuestra labor está dirigida por su presencia tanto como por su pensamiento. A nosotros nos emociona oír cuando nos dicen “la biblioteca de la Gabriela”, porque qué más hubiera querido heredarle Gabriela a su amado pueblo más que una biblioteca.
En MonteGabriela nos ha gustado relacionarnos no tanto con la premio nobel, sino con la niña Lucila que vivió allí hasta los 9 años, la que fue montegrandina y aprendió a escribir mirando las montañas y tomando mate con la abuela. Para rescatar a esta figura con la que los niños pudieran identificarse, se realizó una obra de teatro, en conjunto con una actriz y la jefa de la biblioteca de ese entonces. El resultado fue un exquisito “cuento vivo” en el que la muñeca Lucila muestra la infancia de Gabriela con canto, narraciones y poemas. La obra se dio regularmente durante dos años y fue un éxito a la vez de diversión e información para personas de todas las edades. 

¿Es posible confrontar ese relato con otras fuentes? 

“MONTEGRANDE, EL AMOR DE GABRIELA MISTRAL

Lucilia Godoy Alcayaga, quien más tarde sería conocida como Gabriela Mistral, nació en Vicuña el año 1889. Cuando tenía tres años, su padre, maestro de primaria, abandonó el hogar, situación por la cual su madre, su media hermana y ella se fueron a Montegrande, un pequeño pueblo ubicado en las cercanías de La Serena.
La estancia de la Mistral en esta localidad de la comuna de Paihuano que es habitada por tan sólo 400 personas fue gravitante para su vida y su obra, lo que queda claramente demostrado al leer algunas palabras de su testamento: “Es mi voluntad que mi cuerpo sea enterrado en mi amado pueblo de Montegrande del Valle de Elqui”. Otro hecho que evidencia su profundo amor por esta zona es el que poco tiempo antes de morir la poetisa decidió dar el derecho de sus obras publicadas en América del Sur a los niños de Montegrande, una evidencia más de su profundo amor por el poblado nortino.

Su vida en Montegrande
 
La poetisa vivió en este pequeño pueblo entre los tres y los nueve años, quedando profundamente marcada por la vida que tuvo en sus tierras. Ella se identifica con Montegrande a tal punto de señalar en una carta que, ésta fue “su tierra de origen”.
La casa donde vivía esta familia de mujeres, llamada hoy día Casa de Gabriela Mistral era muy sencilla. Tan sólo una pequeña construcción de adobe de un piso, típica del sector, qe estaba enclavada en la falda de un cerro. En una de las piezas de unos 20 metros cuadrados estaba ubicada la sala de clase donde trabajaba la hermana mayor, llamada Emelina, que era maestra primaria y jefa del correo. El segundo dormitorio, de menor tamaño, era la habitación de la familia. La casa posee también un patio estrecho y largo con hermosos árboles y vista al río.”
Extracto de presentación sobre Montegrande en la página de turismo  www.chile.com 

¿Son distintas las “versiones” si se trata de experiencias con hombres, con mujeres u ambos? 

Sí, hay muchas versiones de Gabriela Mistral en Montegrande y no todas son positivas. De partida, muchos montegrandinos desconfían de la Gabriela (como la mientan ellos) porque les ha dado fama pero también motivos de envidia dentro del valle. De hecho, yo he conversado con algunos que dicen haber sido perjudicados por la Gabriela, principalmente por el tema de su “herencia” que no han visto más que en tortas de navidad.

Sin embargo, cabe destacar que el rescate que se hace en MonteGabriela es, sin duda, obra de mujeres con perspectiva de mujeres, educadoras, artistas y campesinas. La Gabriela que rescatamos dentro de la biblioteca es la niña libre y acogida que se educa en poesía y se sustenta por los oficios.

He escuchado también la versión de los hombres sobre Gabriela Mistral en Montegrande y ellos cuentan que cuando ella vivía en Monte no era lesbiana porque pasaba en orgías en la hacienda de los Hernández y era la novia de los 3 hermanos. (Hoy fundo de los Lucsic)

¿Visibilizan a grupos que han permanecido relativamente fuera del repertorio patrimonial, como mujeres, jóvenes, diversidad sexual, etc.?

Sí. En realidad todo el pueblo de Montegrande ha sido postergado y saqueado en su identidad más profunda. El monocultivo de la parra desde hace 20 años ha cambiado drásticamente su forma ancestral de vida. Nadie ha rezado una oración y menos promulgado algún tipo de ordenanza por la cultura que agoniza debido a la intromisión de los afuerinos que privatizaron hasta el río y la esclavitud laboral que los ha transformado de felices cultivadores, pescadores y recolectores a obreros agrícolas expuestos a los más peligrosos venenos. Se rescata, con suerte, la figura de la Gabriela, pero eso no beneficia directamente a los habitantes de este valle, específicamente a Montegrande. En ese sentido, todo el pueblo de Montegrande está fuera del “repertorio patrimonial” y son discriminados.

Cabe mencionar un caso de discriminación patrimonial que me ha sorprendido del Valle del Elqui: el borronamiento de su pasado diaguita, el poco aprecio y provecho que se hace de esta cultura que vivió en este valle durante siglos. Si bien se rescatan las grecas en algunos diseños y fachadas, la comunidad no sabe ni muestra mayor interés por saber que su identidad está ligada a la de sus ancestros indígenas.

El rescate de este aspecto indigenista de Gabriela Mistral (quien reconoció su origen mestizo) nos ha movido a realizar en enero del 2013 una escuela de verano para niños en la biblioteca con el tema de los diaguitas.