“El coraje lo pone en nosotros una convicción impetuosa que no puede
quedársenos estática”
Gabriela
Mistral
Soy
Alejandra del Río. Soy poeta, pedagoga de la poesía y ahora también
bibliotecaria. Me hice cargo hace un año de la biblioteca MonteGabriela
ubicada en el pueblo de Montegrande del Valle del Elqui. Nunca en mi vida de poeta
desligada de una comunidad había experimentado ser tan útil y valiosa como soy
ahora. Protagonista soy pero también testigo y me siento con el deber de
informar.
En noviembre del año 2011 hice una intervención pedagógica en la Casa de la Cultura de Montegrande. La experiencia fue muy positiva y al poco tiempo ya estaba instalada en MonteGabriela. Lo que me sedujo para dejar toda mi vida de Santiago fue la posibilidad de encontrar un espacio en el que pudiera investigar sobre didáctica de
Al asumir, lo primero con que me encontré fue con que no se contaba con financiamiento regular para funcionar. Antes se hacían recortes a los proyectos que la organización ganaba en fondos concursables. Con el cambio de gobierno el año 2009 esa vía de financiamiento no funcionó más. Tuve que aprender que aún una institución pública de claro corte social estaba sometida a la tómbola de los concursos públicos.
También aprendí que el procedimiento para fundar Bibliotecas Públicas en Chile requiere de un sostenedor –en la mayoría de los casos una Municipalidad- y
Tocamos muchas puertas y siempre nos dio en las narices la puerta de la falta de ley de Bibliotecas Públicas en nuestro país. En Chile a las Bibliotecas Públicas no las protege nada, por ejemplo, de un desalojo arbitrario, ni están considerados sus gastos de mantención. Hay recursos para libros, computadores y yo misma soy beneficiada por las excelentes capacitaciones en bibliotecología que imparte
En este periplo por conseguir financiamiento no pudimos eludir el tema candente de la cuerda floja en que se equilibran las Bibliotecas. No culpamos a nadie pero igual se sintieron atacados. Comenzaron las presiones por la casa y lo que allí vivimos con BBNN será materia de un dantesco relato algún día, pero denunciarlo ahora nos acarrearía más problemas. Sólo mencionar que en nuestra desesperación por proteger la casa hasta nos ensuciamos en una campaña política tratando de que nuestra presidenta, Soledad García-Huidobro, saliera de consejala. Por conseguir protección. No ganó, cómo iba a ganar. De los detalles del matonesco Far West que pueden llegar a ser las elecciones municipales en la provincia también escribiré algún día…cuando lo que tenga que contar no pueda hacernos ya daño. Por ahora sólo reflexionar que la experiencia con los políticos fue amarga pero nos convenció de la necesidad de hacernos independientes.
En eso estábamos - armando la biblioteca como centro de Educación Poética, levantando un emporio de comercialización solidaria, fortaleciendo las organizaciones de la comunidad y planificando una campaña para lograr financiamiento estable- cuando nos llega la cachetada de BBNN. Desalojo en 5 días con la fuerza pública. Días antes por medio de una fraudulenta y manipuladora “encuesta” el mismo pueblo fue inducido a apoyar la instalación de un jardín infantil en
Al principio me costó comprender la idea de no dar la pelea por quedarnos en esa casa. Pensé que mi trabajo de un año y, peor aún, ¡mis anhelos de toda la vida! , se desvanecían en el aire. Pero exageré con mis aprehensiones; la verdad es que está siendo una lección de humildad y de confianza en el proceso vital cuya más marcada característica es la transformación.
MonteGabriela
tiene una alta meta; practicar un modelo de desarrollo social, intelectual,
creativo y espiritual en una comunidad vulnerable. En lo personal también me
propuse una enormidad que espero cumplir; sentar las bases para la Educación Poética. Pero
como enseña la sabiduría popular: “el que tiene una alta meta, se cambia a
menudo de chaqueta”. Si la casa es una traba en ese camino hay que soltarla y
entregarla a sus verdaderos y únicos dueños. Los montegrandinos son los
herederos de la casa de la Gabriela, como la llaman, aunque no sea la casa
natal.
Por nuestra parte, nosotras no podemos ser las mártires de una guerra con el absurdo llamado Chile, llamado capitalismo, llamado mundo cruel y abyecto. A nosotras nos toca luchar por la continuidad de nuestro proyecto. No nos iremos de Montegrande, no cerraremos la biblioteca, ni el taller de textileras, ni el emporio comunitario. Sólo nos cambiamos dos casas más allá. No renunciaremos jamás a
Alejandra
del Río
Montegrande,
12 de junio del 2013.