La Escritura Creativa
Después del
plan de Lectura Silenciosa Sostenida (metodología introducida en Chile en los años 80
por Mabel Condemarín) los niños abren su Bitácora de Lectura. La idea
es que la bitácora sea el lugar donde ellos puedan vaciar todo aquello que les
acontece con la lectura y darle forma.
La bitácora de lectura es el compañero
que permite el output necesario luego del input habitual de la lectura. La idea es
que la lectura y la escritura coexistan en un contrapunto saludable y creativo,
como suele ser la relación de ambos para los mejores lectores que existen: los
escritores.
Sin embargo, la actividad con la bitácora de lectura (conocida
entre los escritores también como “Cuaderno de incubación”) no se da de forma
natural en niños y niñas habituados al cuaderno como lugar de copia, ejercicio
y caligrafía. El cuaderno con sus líneas y sus márgenes bloquean la creatividad
natural del niño, obligando a encasillar su caligrafía, a usar la goma, la
regla y el corrector, otros enemigos de la creatividad en la sala de
clases.
Nosotros pensamos que para lograr el amor a la lectura es muy importante aplicar una metodología que tenga sus bases en la Educación Creativa.
Desde la Educación Creativa ,
la noción de proceso y facilitación del desarrollo creativo nos parece más
pertinente a la realidad infantil. El niño y la niña son creativos per se. Son creativos porque juegan, igual que los artistas y científicos
también lo son pues recurren al espíritu lúdico para establecer puentes entre
lo material y lo espiritual, como señaló Schiller en su Educación
Estética del Hombre.
Desde
el momento en que el niño juega ya está siendo un creador, no necesita aprender
una técnica para jugar, sí conocer las reglas del juego y tener el espacio para
hacerlo, pero todo lo que necesita para crear lo lleva ya en sí. Un impulso y
la maravilla se echan a rodar.
En la Educación Creativa
el educador facilita procesos para crear desde el conocimiento de los procesos
creativos, atendiendo a los factores que los impulsan y los que los bloquean.
El objetivo de la
Educación Creativa es despertar el creador interno y
desarrollarlo, no con el objetivo necesariamente de formar artistas
profesionales, sino para que los niños se beneficien de la experiencia de la
creación y desarrollan con ella su pensamiento.
Por
cierto que son muchos autores los que destacan la necesidad de incluir
fuertemente el arte en la educación; desde Vigotsky que ve en la función
creadora un movimiento básico de la imaginación para comprender el mundo, hasta
Landau que ve a la creatividad como un pilar del desarrollo de los talentos
humanos. Todos coinciden que tanto la ciencia como el arte necesitan de la
creatividad para gestar sus productos. Artistas y científicos tienen mucho en
común; ambos aprehenden la realidad, los unos desde la totalidad y los otros
desde la particularidad.